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La Sencillez en el Diseño III. El Epílogo

Vivimos en un mundo convulso. Los diseñadores debemos proyectar moderación, respeto y racionalidad, sin dejar de lado la sensibilidad. Con ustedes la tercera entrega de la Sencillez en el Diseño.

el epílogo de la sencilles, con Vif, Dieter y Donald

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Este post es el tercer capítulo de La Sencillez en el Diseño, el Preludio y el Meollo le anteceden. El artículo lo empecé a escribir para ser publicado en @DIconexiones, pero la vida ha dado más brincos que una cabra desde que no logré terminar de escribir el post. Después de tanto y antes de un montón más, he considerado hablar sobre diseño sin separarlo de la vivencia, porque en mi caso la profesión no se desliga, sino es un estilo de vida. En este post abordaré la sencillez desde la visión del diseño, el concepto y los recursos para llevar una vida driven by design. 🤗

Sencillez, cualidad de sencillo. Sencillo, que no ofrece dificultad. Dificultad, impedimento para conseguir, ejecutar o entender algo bien; a todas luces es antónimo de practicidad, utilidad y atractivo, que son funciones del diseño. Entonces, ¿es el diseño un medio que aporta sencillez y bienestar? Yo creo que sí.

El Diseño como Herramienta

Vuelve la burra al trigo, pero es que no me canso de mostrar este concepto.

El diseño industrial, o de productos, es un proceso estratégico de resolución de problemas o creación de oportunidades que aportan valor. De entrada requiere sí o sí el diagnóstico del contexto, para generar una propuesta pertinente que sea factible, viable y deseable; atributos con los que junto a la sostenibilidad como condición sine qua non​, podemos bordear el área de la innovación.

Esta estrategia aplica también para otras disciplinas proyectuales, como la arquitectura, la economía, la comunicación. Ciertamente los diseñadores no somos unos eruditos, pero sí tenemos las habilidades de proyectar para impactar positivamente la sociedad con propuestas relevantes, creíbles y diferentes. Reitero, para eso sí o sí debemos hacer diagnósticos, estudiar el contexto, empatizar con las personas, investigar y luego SINTETIZAR en un producto, un servicio, una experiencia o un sistema.

La Sencillez como Respuesta

El mundo está en constante cambio, o corres o te encaramas, por más que se tenga reticencia al cambio es imposible librarse de él. Cada uno de nosotros hemos experimentado movidas de matas, algunas personales y otras colectivas, esas son tan fuertes que impactan en las estructuras culturales y económicas de la sociedad, causando cambios a todo nivel.

A partir del 2018, con el colapso de la economía global, se llevó al sistema de valores hacia una mayor racionalidad y conciencia colectiva, corrigiendo excesos y planteando a un estilo de vida menos ostentoso. Se hizo común que los cuadernos de tendencias establecieran guías de diseño que apuntaran a una renovación del racionalismo.

Mapa de Evolución de las Tendencias propuestas por OTH en su cuaderno.

La Sencillez, un Valor del Diseño.

Las situaciones conflictivas nos hacen concientizar sobre el valor del entorno, la salud, la filiación, la agrupación, el progreso, la libertad. Valorar la sencillez y el bienestar se enfatizan con las crisis. Vivimos en un mundo convulso que empuja a que seamos una sociedad más informada, que reclama ética y responsabilidad, ávida de experiencias y emociones, diversa en expresiones.

Existe una demanda del producto (en el sentido amplio del concepto) bien diseñado que contenga dosis emocionales y proyecte identidad. Por eso, como diseñadores, makers y/o emprendedores debemos proyectar moderación, respeto y racionalidad, sin dejar de lado la sensibilidad.

La sencillez en el diseño apunta a mejorar la calidad de vida y a generar bienestar cuando se cumple a cabalidad las diferentes dimensiones: forma, función, representatividad, sostenibilidad.

La eficiencia y la utilidad no se desligan de la experiencia ni de la emotividad. Lo deseable no se desliga de la factibilidad y la viabilidad. La sencillez no es simple, es compleja de conseguir, pero una vez que se tiene es gloriosa, no hay vuelta atrás.

Los productos han de tener un aporte, un sentido, con alto nivel resolutivo a una necesidad o deseo en concreto, sin ostentación y con mínimo riesgo financiero, insertos en un ciclo más natural, más pausado y reflexivo. Es esta la sencillez en el diseño.

Recursos para aliarse con la Sencillez, sin llegar a ser insípido

Para generar productos que cumplan con las características descritas, creo que hay dos exponentes del diseño a los que hay que hacerles caso: Dieter Rams y Donald Normam, porque ambos afianzan la idea de diseñar en función de lo humano, y cada uno aporta desde su enfoque, Dieter con su decálogo del Good Design y Donald con su diseño emocional.

Good Design por Dieter Rams

El buen diseño es tan poco diseño como sea posible. Menos, pero mejor, porque se concentra en los aspectos esenciales, y los productos no están cargados de elementos innecesarios. De vuelta a la pureza, de vuelta a la simplicidad.

Dieter Rams

Diseño Emocional por Donald Norman

No hay duda de que la utilidad y la usabilidad son importantes, pero privados de diversión y placer, de alegría y entusiasmo (…) nuestra existencia sería incompleta.

Donald Norman

Queda entonces encomendarse, en el nombre de Dieter Rams, de Donald Norman y de la buena voluntad (la tuya, la mía, la de muchos). Amén.