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🟣 Bicicleta y Mujeres. La máquina del feminismo

Qué manera bonita tienen de relacionarse las personas y los objetos en pro de cambios y reivindicaciones. La bicicleta y las mujeres es de las duplas más poderosas. La emancipación que inició a finales del siglo XIX se impulsó sobre dos ruedas y se dirigió con un manubrio.

bicicletas y mujeres

Qué manera bonita tienen de relacionarse las personas y los objetos en pro de cambios y reivindicaciones. Bicicleta y mujeres, de las duplas más poderosas, porque la emancipación femenina que inició a finales del siglo XIX se impulsó sobre dos ruedas.

Bicicleta y Mujeres. La máquina de la emancipación femenina | 42 Diseño, Arquitectura y Bienestar

Este post es un paseo por el inicio de una relación entre una máquina y las mujeres. Vamos a partir con una frase cuya autoría desconozco, solo la vi por ahí, pero es que me parece pertinente: «la escritura, como la bicicleta, nos puede transportar a cualquier lado». Me siento completamente identificada con esas palabras que denotan libertad, porque escribo para expandirme y conectar, y ando en bici para transportarme y drenar. Y es que la libertad a lo largo de la historia de la humanidad se ha fraguado entre letras y propulsión a sangre.

Este post lo escribí en octubre del 2020, en mi país natal; confinado por una pandemia, asediado por un régimen totalitarista y sin una gota de combustible. Un panorama lamentable.

Felizmente escribo. Con ello recreo los espacios perdidos y abordo temas de mi interés, como esta sinergia entre bicicleta y mujeres, la maquina y el feminismo. Felizmente tengo una bici, que me ayuda en este modo estacionario de vida, ella me da poder de decisión y sensación de avance. Así puedo imaginar lo que experimentaron las mujeres vanguardistas sobre ruedas.

La Bicicleta y la Emancipación de las Mujeres

Hay una linda coincidencia, los orígenes del feminismo y la bicicleta se dan en Francia a finales del siglo XVIII. De las mejores representaciones de la liberté, l’égalité y la fraternité. El feminismo fue moldeado en París con la formación de clubes políticos femeninos, tras la Revolución Francesa y el comienzo del movimiento sufragista. Y a su vez, en 1790 aparece un primitivo modelo de la bicicleta, un marco de madera con ruedas de metal (sin pedales, ni manillar) se le conocía como «la máquina andante», una forma de recrear el caballo diseñado por el Conde francés Mède de Sivrac.

La bicicleta, la máquina armónica

La bicicleta ha sido el medio de transporte más eficaz usando energía humana, además de ser amigable con el ambiente y la salud. Se basa en una triada -y es que casi todo lo que viene en paquetico de tres es perfecto-. Dos ruedas que trabajan en común acuerdo con una persona, los pedales propulsan la rueda trasera a través de una cadena de transmisión y la otra rueda marca la dirección con el movimiento de un manubrio.

A la máquina andante, el Barón Karl de Drais de Sauerbrun le puso un manillar, expuso su bicicleta en 1818 en París. Al diseño de Karl, Pierre Michaux en Francia le añade pedales en 1860. La bicicleta como medio de transporte coincide con el inicio de La Belle Époque (1871-1914) con París como epicentro; época enmarcada en la Segunda Revolución Industrial, la de las nuevas fuentes de energía y la velocidad. La bici no se podía quedar atrás.

Es en 1885 que se convierte en ‘la máquina segura», el paradigma actual de la bicicleta había nacido; la que impulsaría la emancipación femenina, aunque inicialmente las bicicletas fueron un «juguete» exclusivo para hombres. Para el momento se vendería a precios exorbitantes, tan caro como un poni; llegando sólo a la clase acomodada, y por consiguiente a unas cuantas mujeres de la burguesía, quienes se convirtieron en las usuarias más entusiastas. Con el tiempo la bicicleta se fue produciendo en masa, abarataron sus costos, se adaptó a la ergonomía de hombres y de mujeres y se fue popularizando.

La mujer en dos ruedas

En el momento en que las mujeres empiezan a usar la bici experimentan un grado de libertad. Ellas dejaron de depender de hombres para movilizarse, y lograron recorrer distancias más largas por cuenta propia. Sus cuerpos les pertenecía. Estaban como cansaditas de vivir enclaustradas en las casas, atadas a los cánones del matrimonio y la sociedad; la bici se convertiría en su cómplice de liberación. Mujeres rompiendo esquemas. Alteraban el manual de comportamiento de la época, llamaban la atención en la calle, abrían las piernas para montarse en la bici y se desprendían de los pesados vestidos.

Los ortodoxos como locos trataban de evitar que las mujeres usaran la bicis; los prejuicios y fulanos efectos contraproducentes para la salud estaban a la orden del día: joroba de ciclista -por la posición-, dolor de garganta -por el polvo-, cara de ciclista -por la tensión al conducir-, menstruación irregular -porque podía lastimar sus «entrañas»-, excesiva fricción genital -y tener orgasmos por doquier (?)-, y contrastantemente para algunos tradicionalistas la bicicleta podía favorecer el embarazo y para otros causar esterilidad. Pfff, qué pesado. Bueh, la resistencia a los cambios siempre ha sido así.

La «Mujer Nueva» andaba en bici

A la bicicleta se le atribuyen cambios importantes en pro de la emancipación de la mujer. La indumentaria fue uno de ellos, el típico traje de época era incompatible con la actividad. Los pantalones anchos fueron una invención de Amelia Bloomer, quien con su disruptiva indumentaria lo que quería era pedalear cómodamente. Mas sin embargo ella y cualquier mujer que usara unos bloomers y montara una bici era víctima de críticas y agresiones. Ante situaciones tan absurdas como éstas, ¿Cómo no se iba a impulsar el feminismo?

Con los pantalones puestos, las sufragistas tomaron el manubrio y usaron la bici como un medio de divulgación de su lucha e ideales, el derecho al voto de la mujeres. Susan B. Anthony, sufragista y escritora, escribió en 1896 que a su parecer.

La bicicleta “ha hecho más para emancipar a las mujeres que cualquier otra cosa en el mundo”

Susan B. Anthony

Es por eso que cada vez que veía a una mujer rodar en bici se regocijaba. Sin duda el uso de la bicicleta apalancó las luchas por la igualdad de géneros cuando las mujeres empezaron a emanciparse, por allá en la Belle Époque.

A las mujeres ciclistas que protestaban, luchaban por obtener derecho al voto, vestían ropa masculina, dejaban a sus hijos en casa bajo el cuidado de sus esposos, o que no pretendían ser madres pero sí querían educarse, se les conocían como «mujeres nuevas».

Entonces, si queremos seguir con el ímpetu de esas mujeres, construyendo espacios de libertad, equidad y progreso debemos alzar las banderas del liberacionismo y la sostenibilidad. El feminismo y el uso de la bicicleta son para la mujer, y en definitiva para toda la sociedad, los medios para sacudirse la opresión y obrar por un futuro mejor. Go for it!

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  1. Muy buen artículo, gracias! No tenía idea de un montón de cosas 😂 provoca montarse en una bici ya!

  2. Allè, allè, a rodar. Me alegra que te haya nutrido este post. Un abrazo.

  3. […] repositorio de temas que se ajustan a la época. Estaba pensando en escribir sobre comfort food, o bicicletas; sin embargo el Twitter estaba repleto de pensamientos, posturas y llamados a votar, así que como […]