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¿Por qué una mujer como Jane Jacobs humaniza la ciudad desde el feminismo? ¿Por qué a veces sentimos que las ciudades no son seguras para las mujeres? ¿Cómo están hechas las ciudades?
Jane Jacobs. La mujer que humanizó la ciudad a través del Feminismo | 63 – Diseño, Arquitectura y Bienestar
Soy amante de las ciudades, como cualquiera, una que disfruta recorrerlas, palparlas, conocerlas, perderse en ellas. Sobre todo ésto último, y aquí les va par de anécdotas al respecto: recuerdo que, una vez que fui a Madrid, el primer día miré el plano de la ciudad (Google Maps no era tan común) y tomé el bus que pensaba me llevaría a la Puerta del Sol. ¡Sorpresa! Me llevó a 90º de mi destino, y por supuesto terminé perdidísima. En otra oportunidad, el día que empezaba mi aventura en Francia, me perdí también, me bajé en una estación de tren que no debía 🙄. Pero al final siempre hubo un «ángel de la guarda», así les he llamado. Seres que se acercaron a ayudarme, orientarme y encaminarme al destino que era. ¡Qué cursi! Casualmente ambas fueron mujeres. Ya imaginarás por qué. Exacto, empatía.
Pero, ¿Qué es la ciudad?
Significados.com dice: Una ciudad es un conjunto urbano, conformado por gran cantidad de edificaciones y complejos sistemas viales, de población muy numerosa y densa, cuyas principales actividades económicas están asociadas a la industria y los servicios.
La ciudad es tantas cosas, y ha evolucionado tanto como nuestros prejuicios. A ver, que el concepto de ciudad viene desde la edad antigua, donde se configuraba con respecto a la religión y de manera antropológica. En el antiguo Egipto, por ejemplo, se basaban en los puntos cardinales, tomando en cuenta la orientación del sol para establecer los usos; mientras que los griegos inventaron el ágora, y de allí el inicio de la ciudad, dándole importancia a la vida social y espiritual. En la etapa barroca es donde empieza a diferenciarse lo público de lo privado. Pero no fue sino hasta la Revolución Industrial (1800-1820), donde la ciudad tuvo un desarrollo industrial: el urbanismo, donde empieza a haber ordenanzas urbanas y lineamientos. De allí que surgen los sistemas de agua y electricidad, se generan los servicios.
Los héroes urbanos de la época
En la escuela de arquitectura siempre me hablaron de Le Corbusier, Robert Venturi, Georges-Eugène Haussmann, Daniel Burnham y Ebenezer Howard como héroes urbanos. Aquellos que conquistaron tramas, calles, usos e incluso algunas de las ciudades como las conocemos actualmente. Pero particularmente hubo dos de ellos que fueron criticados por una mirada más humana y feminista. Veamos quiénes son.
Ebenezer Howard – Ciudad Jardín
Para 1898, Ebenezer Howard proyecta la ciudad jardín en USA y en algunas ciudades europeas como una ciudad lineal. El plan de Howard era transformar las ciudades en grandes áreas verdes, agrícolas, donde las personas tuvieran espacio para cultivar sus propios alimentos. Algo así como pueblos grandes, uno al lado de otro.
Le Corbusier – La Ville Radieuse
La Ciudad Radiante es el modelo de ciudad pensado en el automóvil como personaje principal de la historia. Le Corbusier propone una ciudad dividida en cuatro usos: ocio, vivienda, trabajo y movilización; donde el crecimiento sería vertical, lo cual generaría muros y grandes distancias entre una y otra actividad. Es a todas luces una ciudad diseñada en función del hombre, quien era el que salía en auto a trabajar en la época. Un mito de 1935. Obvio que no se construyó, y menos mal. Allí el único beneficiado sería el auto, aún más.
¿Pero tuvieron ellos la última palabra en lo que ahora conocemos como ciudad? Al menos en la teoría pareciera que sí, pues se habla de ellos en las diapositivas de las clases.
Jane Jacobs, ciudad y feminismo
Resulta que en 1935, una mujer que al parecer estaba loca, llegó a la ciudad de New York, y desde entonces no hubo vuelta atrás en las movidas urbanas, era Jane Jacobs, una periodista que venía de Pensilvania. Jacobs se ocupó de habitar, conocer las ciudades y ser crítica de los planteamientos urbanos. Quien fue a su vez juzgada por ser una mujer «entrometida» en el urbanismo, señalada de «doméstica», de manera despectiva.
Jacobs estuvo desde un principio en desacuerdo con los cambios que le hicieran a la ciudad y que afectaran directamente a sus habitantes, como dividir un edificio en dos para construir una autopista en medio, por ejemplo.
A la par critica la propuesta de Le Corbusier, pues es una ciudad que iba en contra de generar comunidades dentro de sus habitantes. Jacobs propone escalar las manzanas para reducir las distancias, además de implementar espacios recreativos verdes, creando mixtura de usos, y dando espacio a la bici y al peatón.
Por otro lado, critica a Howard porque él quería «reducir el poder, la población y los usos e incrementos monetarios a un modelo estático y fácilmente manejable. Quería un patrón que ya era obsoleto.” (p. 326) del libro «Muerte y Vida de las grandes ciudades».
¿Será que hace falta que se diseñe en primera persona? Digo, por la empatía, ponerse en los zapatos de los demás, entender cómo funcionan las personas, las sociedades, para proyectar las ciudades. Quizá por eso Jacobs reclamaba que las ciudades debían ser vividas, conocidas, para poder intervenirlas. Finalmente una ciudad es todo lo que sucede en ella, y esto es lo que te salva, te protege. Jacobs optaba por generar comunidades, también por la diversidad. Decía que una vida urbana sería imposible sin encontrar estas actividades de apoyo.
Podemos dar por hecho que Jane Jacobs reformula el urbanismo desde su cotidianidad, su propia experiencia, la cual coincide con la de muchas mujeres: ser profesional, ser doméstica, ser activista, en fin, ser ciudadana.
«Jacobs sitúa en el centro lo que, definido como escala doméstica, no es otra cosa que optar por una ciudad donde lo doméstico, dicho en otras palabras, la vida cotidiana, sea el eje prioritario para analizar, proyectar y diseñar las políticas urbanas«.
Antes de cambiar una ciudad o intervenirla, hay que conocerla a fondo. Entender cómo funciona. Vivirla. Reconocer sus oportunidades y carencias.
El legado de Jane Jacobs
¿Legado? Claro que sí. Jane Jacobs propone «Ojos en la Calle» como filosofía, donde la vivienda y el comercio se mezclan, para generar actividades tanto de día como de noche y así, garantizar movimiento de personas y mayor seguridad en la calle. Jane Jacobs fue, finalmente, la mujer que humanizó la ciudad con su perspectiva feminista.
Actualmente se celebran las «Jane Jacobs Walks«, caminatas en su honor, donde se pasea la ciudad, se conoce, se vive, se experimenta, y por sobre todo, se extienden los ojos en la calle, para darle la oportunidad, al menos por ese instante, de hacernos sentir seguras a tantas mujeres.
Escribo ésto desde mi perspectiva de mujer. Soy una eterna enamorada de las ciudades, sola o acompañada, considero que de cualquier manera tienen su encanto. Pero las ciudades iluminadas, para recorrerlas, llenas de actividades y de gente, donde te sientes segura, donde te sientes cómoda al andar, ésas son las que tal.
Referencias: